Ripio que hice a un matrimonio excelente, amigos de la Urbanización, en la comida de su despedida, que se fueron a Palma de Mallorca por motivos familiares.
A PILAR Y ENRIQUE
Cuando un amigo se va
algo se muere en el alma
y tiene malafollá
pues
se quieren ir a Palma.
estos pineros cabales
pronto fueron acogidos
como personas formales.
Matrimonio muy prudente,
callados, muy educados,
hoy aquí los despedimos
pues se van de nuestro lado.
Andador
de madrugada
que a la Caleta camina,
cuando llega la mañana
su ejercicio se termina.
Mientras, Pilar en la casa,
cuando aparece, ella empieza,
se va sola hasta el Peñón
y con el suelo tropieza.
¿Dónde andarán este verano
cuando estén en Baleares?
¿Andarán por Marivent
con los Borbones reales?
a las cinco de la tarde?
¿Quién será tu compañero
que te ayude a relajarte?
¿Habrá dominó en Mallorca
y un soportal tan fresquito?
¿Habrá buenos compañeros
para jugar agustito?
¿Tendrá Pilar dos vecinas
en su nuevo apartamento
con quien poder conversar
sin perder todo el aliento?
que tú bien has preparado,
deja escrita la receta
a tu gente en Salobreña.
Pilar, mujer con coraje,
con tesón y muy prudente,
siempre muestra su sonrisa
para con toda la gente.
A Palma se quieren ir
pues la niña los reclama,
quiere tenerlos cerca
para estar junto a su mama.
¡Id con Dios, buenos amigos,
que os vaya todo muy bien,
que seáis muy felices
y mi “colega” también.
Estos ripios los dedico
a Enrique o José Manuel
y a su señora Pilar
en un día tan bonico.
Levantemos nuestras copas,
brindemos por la pareja,
en honor a esta familia
que de nosotros se aleja.



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