Ripios que hice dos años por Navidad a una amiga que daba clases de gimnasia a un grupo de madres de alumnos del Colegio Cardenal Belluga durante tres días a la semana en el salón de actos.
A LA PROFE DE GIMNASIA
Desde hace ya mucho tiempo
venís haciendo gimnasia,
decís de mantenimiento,
pero yo pienso, señoras,
que lo que tenéis es cuento.
Todos los cursos estáis
tres veces a la semana
en el Cardenal Belluga
saltando con mucha gana
y vuestro esposo se “arruga”
por la noche en vuestra cama.
Cuando pasan los cincuenta
algunas no se dan cuenta
que no se puede abusar
del marido la paciencia.
¡Pero qué cansada estoy!
¡Vaya ajetreo que llevo!
Ni mi marido me aguanta
esta
vida sin sosiego.
Por la mañana, a la playa,
al mercadillo si ponen,
la piscina quita grasa,
a la tarde la gimnasia
y así me encuentro más joven.
¡I---el, I-----ita!
Vaya tarea que tienes,
dirigir tantas mujeres,
y
también pasar lista.
Cuando
alguna no aparece
o te falta mucha gente
no te gusta dar la clase
si no hay al menos veinte.
Con tu ritmo y tu voz fuerte
las diriges vigilando
que todas muevan el vientre
y grasa vayan dejando.
¡Qué moderna es tu gimnasia!
¡Vaya música que usáis!
¡Cómo disfrutáis con gracia,
vaya saltos que pegáis!
Al Colegio donde vais
por las tardes a saltar
han dicho los arquitectos
que lo van a apuntalar.
¡I---el,
I-----ita!
Dice la gente que haces
dos veces gimnasia al día,
¿Y qué haces por las noches
cuando llega el policía?
La osteoporosis no existe
más que en la persona triste,
vivid con la risa puesta,
estar sana poco cuesta.
Mamografías, revisiones,
ginecólogos y dietas,
no hagáis caso a esas cosas
que cogéis muchas rabietas.
Igual les pasa a los hombres
con la próstata dichosa,
no preocuparse tanto,
que no es tan grave la cosa.
Lo que importa es mantener
el espíritu y la mente
en juventud permanente
y, de vez en cuando, joder.
Por fin, al final de curso,
dejando a vuestros maridos
vais a comer todas juntas
y ellos quedan compungidos-.
Tened cuidado con ellos
cuando volváis de la cena,
siendo ya de madrugada,
si no están en la cama
estarán en “Los Balandros”
haciendo una marranada.
PARA LA MISMA PROFESORA
Ya hemos pasado otro año
casi sin darnos cuenta,
parece que fue ayer
que
entramos por esa puerta.
¿Cuántos años hace ya
que nos seguimos viendo,
todas de aquí para allá
con la grasa combatiendo?
Gracias damos al Colegio
que da cobijo a esta peña
de mujeres que luchamos
y al cuerpo le damos leña.
Tres veces a la semana
de seis a siete allí estamos
con nuestras mallas ceñidas,
casi ninguna fallamos.
'Qué coloridos ropajes,
qué música más marchosa,
qué mujeres con coraje,
qué monitora graciosa!
Cada año nos movemos
con la música actual,
el repertorio nos cambia
y a nosotras nos da igual.
Como los años no pasan
sólo para los demás,
al rato de estar danzando
deseamos descansar.
Cuando caemos al suelo,
encima de la esterilla,
nos sirve de gran consuelo
y con gran gana se pilla.
¡Qué calores, qué sofocos,
cómo sufrimos allí,
y luego nos alegramos
a la hora de vestir!
Me cuentan por esos mundos,
que esto se va a acabar,
dicen que la I-----ita
a Balerma va a marchar.
Yo no quiero que se vaya
y nos deje de verdad,
que nos siga dando clase
y el cariño que nos da.
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