PARA C-----I D--Z E------Z
Con las bragas en la mano
la Calle Nueva bajaba
por la mañana temprano
una niña que lloraba.
un matrimonio la veía
y que un día fuera su nuera
ni siquiera pensarían.
Barriendo con una escoba
como ratita en su puerta
corrió un niño por su lado
y la dejó casi muerta.
Él corría tras una niña,
la del que cura animales,
y al verla tan hacendosa
se le acabaron sus males.
Chupando caña en un tranco,
en lo alto la Ramblilla,
le ofreció, por si chupaba,
a aquella guapa chiquilla.
Ser la hija del yesero,
negrita como un tizón,
no hay quien se lo crea,
es una contradicción.
Tan fina y tan delgadita
corriendo por las callejas
no descansaba nunca,
le regañaban las viejas.
Probándose su vestido
de primera comunión
lo puso todo perdido,
con aceite resbaló.
a la Choni la imitaba,
cogió una buena cuchilla
y su cabeza pelaba.
En el patio de su casa
con sus hermanas queridas
hacía obras de teatro
para todas las amigas.
Las canciones de aquel tiempo
y las Rimas o el Camborio
era lo más declamado
de todo su repertorio.
ensayaban la función
y
vestidas con papel
causaban admiración.
Por las paredes estaban
sus artistas favoritos,
su dormitorio era un álbum
con retratos muy bonitos.
Dos artistas de aquel tiempo
le molaban mogollón,
al Donahue y a la Natalia
les
tenía gran devoción.
Además de sus hermanas,
Nuchi, Carmita y Elena,
son sus mejores amigas,
la infancia pasó muy buena.
Mariví García Luján
fue otra niña preferida,
nunca se separarán
aunque les cueste la vida.
Las películas de miedo
con las que ella disfrutaba,
le daban pánico a veces
y a cualquiera se abrazaba.
Un diecinueve de marzo,
abril del sesenta y dos,
Jueves Santo, por más señas,
se prometieron los dos.
y ya no diremos nada
pues nunca se concentraba
pensando en ir a Granada.
Con clases particulares
aprobaba a duras penas,
eran notas regulares;
para ella eran muy buenas.
Viajar para examinarse
era el martirio más fuerte,
se mareaba al sentarse,
iba al borde de la muerte.
Si subía a la Gorgoracha,
en un carro se mareaba;
¡qué lástima de muchacha!
Los pestiños no probaba.
en su balcón asomada
que Antonio le dedicaba
y Molina le ayudaba.
Cuando el sereno llegaba
había que salir corriendo,
porque al barrio molestaba;
todos estaban durmiendo.
Estudiar no le gustaba,
remediarlo no podía,
como no asimilaba
casi todo suspendía.
Su padre le preparaba
un regalo postinero,
y tan solo se lo daba
si aprobaba primero.
Gimnasia solo aprobó
y a pesar de los pesares
la bicicleta le dio
pues la quería a raudales.
Casi nadie se enteraba
de las notas que traía
y si no le interesaba
las papeletas rompía.
cuando al túnel van llegando,
ella prefiere bajarse
y entrar en la Posta andando.
Los columpios no pisaba,
lo tenía bien asumido,
si se subía, vomitaba
todo lo que había comido.
Una vez tuvo un dolor,
la tripa, un retortijón,
le dieron un alcaselzer
y lo tragó de un tirón.
Se perdía las excursiones
que el colegio preparaba,
coincidían con vacaciones
y el de Sevilla llegaba.
Se libraba de viajar
y de sufrir se escapaba,
ver Roma le daba igual
si llegaba a quien amaba.
y a casa conchas traía,
todas muy bien colocaba
y adornando las ponía.
Un gallego engrasador
de la marina mercante
se hizo amigo de su Antonio
en el muelle de levante.
Llegó tarde al Calderón
donde ella le esperaba
y una bronca se llevó
pues la función acababa.
Al mentado marinero
que Sampedro se llamaba,
lo conoció el mundo entero
pues morirse reclamaba.
Ahora toca comentar
algo de la profesión
donde nuestra compañeras
demostró su devoción.
donde, con mesas y sillas
que le dio Antonio Ayudarte,
daba clase a unas chiquillas.
Luego a Turón quiso ir
pero casada no estaba,
no lo pudo conseguir;
la parroquial no alcanzaba.
Con Antonio en Calahonda
estando ya desposados
a ella le dieron Carchuna;
ya
estaban más arrimados.
En Navidad María Merlo
realizaba la matanza
y había que vaciar la escuela
realizando una mudanza.
En verano, casi igual
porque la casa alquilaba,
había que bajar los muebles
cuando el curso terminaba.
Por aquel tiempo mandaba
en nuestra Delegación
una tal doña Mercedes
que a todo el mundo asustaba.
Quien a ella protestaba
ya sabía la solución:
a Málaga le mandaba
sin ninguna discusión.
Varios años allí estaba,
no
le fue del todo mal,
lo que menes le gustaba
era tener que viajar.
Por fin se vino a Motril
y en el Mejías trabajó;
luego se fue a Calahonda,
donde más tiempo pasó.
Allí trabajó con arte,
con mucha dedicación,
como en cualquier otra parte
demostró su vocación.
al ritmo que ella tocaba
y algún artista salió
pues muy bien los preparaba.
Los trajes confeccionaba
si las madres no podían
y a todas les ayudaba
lo
mejor que ella sabía.
Los Caleños la veneran
por lo bien que trabajaba,
no querían que se viniera,
todo el mundo la adoraba.
En concurso de traslado
a su Motril se ha venido,
el Belluga le ha tocado
pues lo había solicitado.
Ella sigue igual que antes,
sin descanso trabajando
con sus cantes y sus bailes
y los libros machacando.
Los alumnos que ha tenido
mucho a C-----i querían,
todo lo que yo contara
algunos no lo creerían.
Las madres, ilusionadas,
si C-----i las llamaba,
siempre estaban preparadas
para lo que ella mandaba.
Tuvo una gran compañera
y entre las dos se animaban
lo que alguna propusiera,
entre las dos realizaban.
Siempre estaban preparando
Navidad
o Carnavales,
muchas horas ensayando
las buenas profesionales.
sombreros, gorros, chaquetas,
como modistas estaban
estas maestras inquietas.
con mucha dedicación,
todos se maravillaban
al presenciar la función.
al presenciar la función.
Los niños salían contentos,
los padres se emocionaban,
siempre faltaban asientos
y felices se marchaban.
Ya se fue la compañera,
tú ya te estás despidiendo,
esto no es lo que era,
todos nos vamos corriendo.
Ahora cambiará tu vida
pues lo tienes merecido,
ver el reloj se te olvida
como a mí me ha ocurrido.
Ya siete días durará
para tí un fin de semana
y tiempo te faltará
para lo que tengas gana.
Madrid está retirado
pero con la biodramina
y con O---z C-------do
te montarás en la Alsina.
Allí podrás disfrutar
todo lo que tú más quieres
con toda tu libertad:
hijo, yerno y tres mujeres.
Ya te hemos apuntado,
antes de que se te olvide,
en el club del jubilado
y verás qué bien se vive.
Ve contenta, compañera,
ahora nos llaman pasivos
pero aunque ya estemos fuera,
seguimos siendo muy activos.
Estos ripios mal rimados
te dedica con agrado
otro que está jubilado
y se llama Paco Prados.






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