A MI BUEN AMIGO ESTEBAN
Se ponga como se ponga
no lo dejaré escapar,
Esteban se lo merece;
se los voy a desgranar.
Siendo un niño todavía
en la Cuesta del Chapiz,
fue donde te conocí.
Yo empezaba bachiller,
tú estudiabas Magisterio,
ya por aquellos tiempo
eras un tipo muy serio.
Tras unos años sin vernos
nos volvimos a encontrar,
tú ya gastabas la tiza,
yo empezaba a trabajar.
¡Qué buenos años aquellos
en la plaza del mercado!
¡Cuántas mujeres pasaban
en
recreo por nuestro lado!
¿Te acuerdas de aquel Colegio
que a la ruina se fue?
Si lo hubieran conservado
todavía estaría en pie.
¿Qué decir de los maestros
que trabajaron allí?
¡Cuanto espacio ocuparía
para poderlo escribir!
si yo llego a jubilarme,
y Dios me conserve la mente
voy a intentar acordarme
y
cantar a aquella gente.
Hoy te vas tú, buen amigo,
el último que quedaba
de los que yo conocí
Cuando a currar empezaba.
¡Qué buenos tiempos aquellos
allí en el Hospitalico
con don José dirigiendo
un colegio tan bonico!
con maestros nada más, en
había otro para niñas
que lo pusieron detrás.
Esto
ha cambiado mucho,
aquello ya queda muy lejos,
el Belluga de hoy en día
parece Villaconejos.
Todos los años un choto
o un jamón se pagaba
todo aquel definitivo
que al Belluga concursaba.
'Ay Zorreras de Liborio!
¡Ay ls Chucha de Esparrel!,
¡Ay chalé del Pelaillo!
Aquello era digno de ver.
La costumbre se perdió,
ya ni chotos ni jamones,
los nuevos que van llegando
¿son un poco colmillones?
Ya está bien de lo pasado,
volvamos a este presente,
hoy aquí te despedimos
rodeado de tu gente.
Envidia tengo de ti,
mi buen amigo y vecino,
a Manolita y a mí
nos enseñas el camino.
Vete tranquilo, contento,
has dado toda tu ciencia,
has dejado hasta tu pelo.
Va sin pesar tu conciencia,
en tu cara siempre vi
tu sonrisa permanente,
aunque por dentro sufrieras,
no lo notaba la gente.
Aquí tengo que acordarme
de aquel hombre tan cordial,
fuera la hora que fuera,
con él me gustaba hablar.
Tienes su misma sonrisa,
su misma cordialidad,
me contaba mil historias,
a nadie trataba mal,
saludaba a todo el mundo
con mucha amabilidad.
Cuarenta años seguidos
sin dejar de trabajar,
son muchas barras de tiza
que tuviste que gastar.
Ya no más polvo de tiza,
el otro, tú lo sabrás,
ahora, polvo de las flores
para bien polinizar.
Por las tardes, oficina
con tu socio Maldonado,
los dos con la construcción
os habéis recuperado
de un problema capital
que ya tenéis olvidado.
Tú ya no tienes problemas
en tu vida familiar,
ya tienes tiempo sobrado
de salir con tu señora
y dedicarte a viajar.
Ella también se merece
homenaje singular,
son muchos años de casa
sin salir ni a pasear
sin poder ni respirar.,
Ya no tengo nada más,
queda en blanco mi cabeza,
no quiero acabar llorando,
que me da mucha vergüenza.
A vosotros, hijos, pido,
sed como vuestro padre,
a él todo el mundo quiere,
lo mismo que a vuestra madre.
Brindemos por nuestro amigo
en esta, su despedida
levantando nuestra copa
y bebiéndola enseguida.
Con
afecto, con cariño
de este que te conoció
siendo todavía un niño.


No hay comentarios:
Publicar un comentario