EL VINO DE BERNARDINO
El 25 de mayo del 2022 se celebró una comida de hermandad por los "Niños del Internado" en un restaurante albaicinero a la que no pude asistir por tener el COV19.
En dicha comida, un "Niño" obsequió a los demás con una botella de vino de su cosecha.
El "Niño" Francisco Vidal, Profesor titular de la UGRA, especialista en Geodesia y muchos años Director del Centro Sismológico Andaluz en Cartuja, dedicó unos versos a dicho vino, que transcribo a continuación:
¡Qué buen vino!¡Qué buen vino1
Proclamaba en Dólar un vecino.
¡Qué buen vino1¡Qué buen vino1
Coreaban a chillidos
unos vetustos Chiquillos
del Internado pupilos,
y un avispado crío
al oírlos dijo:
¡No va a ser bueno ese vino1
¡No va a ser bueno ese vino1
¡¡Si es el de Bernardino11
¡Que Dios proteja a este niño1
¡Que Dios bendiga al Dolarino1
La siguiente es la contestación que yo le hago a mi buen amigo y compañero Paco Vidal, natural de Ugijar.
Mi tocayo alpujarrino
un poema ha dedicado
a una botella de vino
que alguien le ha regalado.
Ese caldo tan divino
en "Niño" Bernardino,
parece que bien le ha sentado.
Recuerdo aquella visita
cuando en Dólar estuvimos
viendo aquella bodeguita
y muy contentos salimos.
Contemplando la belleza,
la iglesia, su bella ermita,
sus calles, naturaleza,
a volver se nos invita.
Mucha alegría me ha dado
al conocer que mi gente
muy bien se lo han pasado
no estando yo presente.
No estar lo he sentido bastante
disfrutando con ustedes
en ese buen restaurante
pues el mal "bicho" mutante
nos dio a mi y a Mercedes.
A todos los comensales
y a sus queridas esposas
con abrazos virtuales
dedicamos estas cosas.
Lo que sigue es la contestación cariñosa que me dedica en correspondencia:
A Paco, maestro de Niños,
y de niños maestro.
Gracias Paco por tus ripios de cariño,
por ser nuestro farero
que cada noche pilota nuestro sino:
con noticias, chascarrillos, versos,
que invitan a pensar, reírnos,
que nos hacen soñar sin vino.
Y con vino, 'ni te cuento1
cien, mil recuerdos vivos,
luciérnagas de ese camino nuestro,
de ese nuestro camino
Gracias, querido Maestro,
sabio, verdadero, amigo.
Esta es mi última respuesta en el debate epistolar:
Mi tocayo me dedica
unos versos encendidos
y la vida me complica
para ser correspondidos.
Ser maestro fue un orgullo
que siempre tuve presente
pues eduqué a mucha gente,
lo mismo que tú en lo tuyo.
Ser maestro avemariano
son dos palabras mayores,
si van juntas, de la mano,
hacen personas mejores.
¿Que yo soy un faro, me dices?
tus lisonjas agradezco,
pero quiero que analices
pues quizás no las merezco.
Mi óptica palidece,
como todo en esta vida
y el faro más se parece
a una velita encendida.
Gracias te doy por tus versos
y tus buenos pareados,
dándote abrazos y besos
de este "Niño", Paco Prados..
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