PEÑA DE LAS PALMERAS
La peña que nos juntamos
formada por jubilados
muy bien el tiempo pasamos
cuando al cortijo nos vamos
y allí estamos encantados.
Deliciosa es la comida,
los comensales, amables,
conversación divertida
con historias memorables.
Juan hace arroz liberal,
como su tito lo hacía,
le sale fenomenal
y queda la sartén vacía.
A cordero regalado,
en caldereta lo hacemos,
con buen vino regado
y todo nos lo comemos.
Cuando choto apetecemos.
Prados trocea el cabrito
con la salsa que queremos
y en una sartén bien frito.
Si Pepe Rojas aporta
jabalí por él cazado,
la triquinosis no importa,
nos lo comemos asado.
La bodega está surtida
con vino de la Ribera,
no falta nunca bebida
para escanciar el que quiera.
Los postres son exquisitos
pues los hace José Luis
y acabamos con "palitos"
y ganas de repetir.
Miguel es muy competente,
pone la mesa volando,
la dispone limpiamente,
siempre está colaborando.
González, el panadero,
nos trae con mucho esmero
jayuyas, pasteles, bollos,
y otras veces, chirimoyos.
Antonio Sabio y Collado
las almendras y ensalada
se ponen siempre a su lado
y pronto no queda nada.
Al llegar Jorge y Vicente
el aperitivo animan,
cuentan sucesos de gente
y con gracia los culminan.
Cortés y el antequerano
llegan los dos a la par,
tienen un humor muy sano
y siempre tiran a dar.
el Cortés que es muy callado,
al famoso periodista
pone siempre a su lado
y la botella le alista.
Algunas veces tenemos
otros buenos compañeros,
a todos bien atendemos
y sin pedirles dineros.
Todo esto nos sucede
a un grupo de jubilados
que vamos, cuando se puede,
a una finca de aquí al lado
que Antonio Cortés nos cede
y aceptamos encantados.
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