martes, 17 de marzo de 2020
DESDE EL CLAUSTRO
Yo nunca hubiera pensado
que esto pudiera llegar,
pero ahora que lo cuento
ya me encuentro enclaustrado
sin poderlo remediar
y no me siento contento.
Dice la gente entendida
que encerrarse es conveniente
para que no contagiemos,
que mucho vale la vida
y que así conseguiremos
que no muera mucha gente.
Esto de estar encerrado
sin tener perro en la casa
ni tertulia a que asistir
es un poco delicado
pero habrá que resistir
aunque sea algo pesado.
Del higiénico rollito
tengo para diez semanas,
la despensa rebosando,
el frigo, de berza ahíto,
leche para cien mañanas
y, sin moverme, engordando.
Del salón a la cocina,
de la cocina al balcón,
de ahí al cuarto de baño,
la radio, televisión,
por el patio, la vecina
y así todo el día me apaño.
Pero yo tengo a mi lado
un curioso compañero,
es pequeño y aplastado,
l o enchufo con mucho esmero,
siempre me tiene informado
y hablo con los que quiero.
Para bajar la basura
o si el pan se necesita,
debemos ir con premura
y volver pronto a casita.
Ir a la compra con guantes,
lavarse cuando volvemos,
hay que seguir vigilantes,
pronto nos alegraremos.
Sabemos que va a ser duro
estar encerrado en casa,
de eso depende el futuro
y no tomárselo a guasa.
Al menos por dos semanas,
si no mandan otra cosa,
nos guardaremos las ganas
y estaremos con la esposa
mirando por las ventanas.
Cuando vaya anocheciendo
sacaremos nuestras manos
dando palmadas muy fuerte
para estar agradeciendo
a grandes seres humanos
que nos salvan de la muerte.
Si seguimos encerrados,
como será estancia larga,
quizás tenga preparados
otros para cuando salga.
Estos ripios dedicados,
escritos solo en dos días
por tu amigo Paco Prados,
los hizo para que sonrías.
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Muy ingenioso
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