A MI AMIGO ANTONIO MARTÍN V.
2.021
Ya llega la Navidad
y mi amigo me ha rogado
que yo le vuelva a rimar
algo que sea de su agrado.
Me he puesto a cavilar
y no encuentro la manera
de poder versificar
algo que le conviniera.
Como ya nos vemos menos
y estamos desconectados,
no salen ripios tan buenos
como en los años pasados.
Yo voy al mismo lugar
donde antaño disfrutamos
y nunca podré olvidar
lo bien que allí lo pasamos.
De los cuatro, yo he quedado
con otros nuevos señores
que bien se han integrado,
sin decir que sean mejores.
De profesiones distintas,
muy sanas y chabacanas,
con gustos muy variopintos
para pasar las mañanas.
Hay algunos empresarios,
otros de otras profesiones,
algunos de oficios varios
y otros con muchos millones.
Yo soy el menos pudiente
de todos los que nos vemos,
pero somos buena gente
y con frecuencia comemos.
No se puede comparar
con lo que antaño vivimos,
nunca se podrá igualar
esto con lo que tuvimos.
Si no existe ese contacto
y no se cuentan sucesos,
te encuentras estupefacto
devanándote los sesos.
Sucesos debe de haber
pero no son conocidos,
yo los debería saber
y tenerlos recogidos.
Solo conozco algún dato
comiendo con familiares
que van al cerro del Gato
y se hartan de manjares.
Creo que asiste de invitado
por su familia rumbosa
pero nunca ha pagado
ni aporta ninguna cosa.
También tiene un amigo bueno
con un cortijo muy hermoso,
con él es muy cariñoso
si el estómago está lleno.
Por las Palmeras asoma
rara vez, de vez en cuando,
ni café siquiera toma
y siempre sale volando.
Dice que está muy ocupado
dibujando chistes finos
pero lo que yo he pensado
es que va a tomarse vinos.
Hace poco le ocurrió
un insólito suceso
cuando iba para casa:
la Policía le multó,
como a mucha gente pasa,
y el dinero le costó
por el carné caducado,
la ITV no pasada
por habérsele olvidado
o que no pasaba nada.
Aquí termina este ripio,
hecho con mucho trabajo,
difícil desde el principio
y realizado a destajo.
El próximo, ya veremos
si lo podemos sacar,
porque mucho nos tememos
que habrá poco que contar.
Para el año venidero
deseamos de verdad
que traiga felicidad,
os lo deseo y espero.
Besos para la señora,
que aguanta barbaridad,
es una gran sufridora
con mucha capacidad.
Aquí ya están terminados
estos ripìos dedicados
que te hace Paco Prados.
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